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sábado, 4 de agosto de 2012

LA INFAME EXISTENCIA



¿Porqué no puedo concebír la vida de la misma manera en que la conciben los demás? ¿Porqué no pueden maravillarme todas esas supuestas grandezas que los otros admiran y vuelven necesarias? ¿Porqué la perfección la encuentro en las sutilezas? ¿Porqué nunca dejo de enojarme o sentir ganas de llorar al convivir con los de mi entorno y encontrarlos -por sus palabras, sentimientos y pensamientos- tan estúpidos como para no valer la pena como individuos, personas o humanos?
¿Será que como alguna vez alguien me dijo tengo ínfulas de Dios a pesar de que sigo sintiéndome aun tan ignorante? ¿Será que mientras para ellos hay demasiada catástrofe en la vida para mi ellos y su superficialidad son la calamidad de este mundo?


Tal vez en mi propio mundo nunca lo sabré pero sufro y desespero al no tener a alguien con quien tomar por la tarde un té y filosofar durante todo el tiempo, sin saber qué día es, ni qué hora, ni qué mes, sin que importe para nosotros el paso de los años... vivir alejados de todo protocolo absurdo e infame que me ha arrojado al ya no poder convivir con los demás... ¡pues hacerlo me resulta un maldito infortunio!



Tal vez sea insensato... Quizás sea casi cruel... Pero el concebir a los demás tan robotizados, viviendo sus vidas mecánicamente, solo me hace sufrir pues encuentro que, hagan lo que hagan, al final de cuentas su existencia no tiene sentido... ¡El que existan es un acto de la más cruel infamia!

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