No se como empezar estas líneas.
Ni siquiera se explicar la manera en que me siento, pero pareciera que fuera una delgada línea, una cuerda sobre la cuál caminar con destino al abismo, se caiga o no al andar sobre ella.
Es tenebroso éste círculo en el que vivo, lleno de angustia, de hastío, vacío, lodo, fango, monserga y soledad.
Al contrario de lo que muchos decían, no pienso en lo que no hice en el pasado para estar como estoy. Es al revés: Pienso en qué debo hacer para no seguir estando así y todos los motivos, todas las razones, todo en conjunto como resultado es maravillosamente posible y al mismo tiempo imposible. Lo heredado me ha sido arrebatado, y paeciera que tuviera que esperar otros 30 años para obtener lo trabajado, lo querido, lo anhelado… pero otros 30 años más de angustia, de penumbra, de dolor… no pueden ser humanamente posibles.
¿A dónde voy? ¿Con quien? Solamente se a qué pero no puedo hacerlo solo. Siempre he tenido un miedo terrible a aventurarme en soledad… Quizás porque las veces que lo hice resultaron ser dolorosas experiencias de las que no se pudo obtener nada mas que aprendizaje de lo que la peste es.
Hace días que estoy demasiado enfermo, más arrugado, adelgazando y sufriendo la pérdida de cabello. Mi pelo se desprende de mi, se suelta, a consecuencia del pensamiento continuo, de mis nervios, de mi padecer… No entiendo cómo pensar teniendo las respuestas pero no las posibilidades desgaste tanto…
Como en cada momento de desesperación pienso en morirme, en abandonar este mundo en el que todo pareciera fácil pero al mismo tiempo imposible. Desde obtener mi esquina, desde poder rentar y subsistir de ello, de poder crear con las ganancias… Todo tan sencillo y a la vez tan complicado… Y mi falta de agallas, de dinero, de mezquindad, son el resultado de lo que padezco.
Quiero irme… Me deseo lo mismo que una vez desee a mi padre: Irme lejos, muy lejos, hasta donde ya no hayan señales de regreso. Y a mi mente solo viene un solo destino: El más allá… donde terminaré con todo el pelo suelto, desprendido de mi cabeza a consecuencia de la angustia de pensar.
