No he tenido deseos de escribir. La inspiración ha vuelto pero no he estado en el mood de querer plasmar en letras lo que corre en mi mente, lo que pudiera escapar pero se ha quedado aprisionado, retenido por el deseo de mostrarse. Incluso en veces no he tenido deseos de inspirarme pero la inspiración siempre llega sola y basta un estornudo, una hora en la ducha, caminar a solas concentrándose en el sonido de los árboles, sacudidos por el viento, para que por si sola esa dulce alucinación se derrame en el pensamiento y de ella surja una nueva idea.
Cuando comencé éste blog, a principios de enero, tenía la idea de postear algo diariamente, creyendo y teniendo certeza de que sería un año de diversiones, viajes y demás cosas fantásticas que me darían mucho gusto escribir. Sin embargo no fue así. Escribí lo que fue fluyendo a veces, lo que a mi mente venía o lo que recordaba. Retomé cosas del ayer para mostrarlas en éstos tiempos, pero como de la nada la inspiración volvió... ¿Será que como un botón la inspiración nace, florece y después se seca? Quizás nunca lo sabré, pero la agradezco, como agradezco la aurora, la alborada, el crepúsculo, el anochecer, y mientras no sale nada en mi mente, nada que pueda escribir, plasmar o con lo que pueda encantar a las contadas personas que entran y me leen, sigo.... camino... paso a paso, esperanzado a que esa inspiración a veces perdida, al volver, me guíe como una luz... me susurre cuál es la dirección, el rumbo que debe seguir mi vida, camino a la paz, a la plenitud, a la iluminación.
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